Gaslight (Luz que agoniza) es una película estadounidense de 1944. Dirigida por George Cukor y protagonizada por Ingrid Bergman entre sus actores principales (¡Fue ganadora del Óscar a la mejor actriz aquel mismo año!).

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«Hacer luz de gas» o el término «Gaslighting» aparecen a partir del estreno de la obra de teatro «Gas Light» (1938) que inspiró a la película que estamos comentando. Ambos hacen referencia a un tipo de abuso psicológico que consiste en hacer dudar a la víctima de sus capacidades, de sus sentidos y de su percepción. En definitiva, de sí misma.

El argumento de la película se centra en la vida de una pareja recién casada, Paula y Gregory. Varios años después de que la tía de Paula (Ingrid Bergman) fallezca, la pareja se traslada a la antigua mansión de la difunta. Una vez instalados allí, su marido Gregory (Charles Boyer) empieza a tener compartimientos encaminados a desestabilizar emocionalmente a su mujer. Sus intenciones se centran en quedarse con la mansión y las joyas que pertenecen a la familia de Paula: ¡Qué empiece la función!

El manipulador inicia el Gaslighting con pequeños detalles que podrían pasar desapercibidos en un primer momento. Por ejemplo: haciendo desaparecer objetos, generando ruidos y luego pretendiendo que no los escucha, acusando a la víctima de hechos que no ha cometido, entre otros. Otra táctica  habitual es aislar a su víctima de todo tipo de relación social. A medida que la red social de la víctima se limita, es menos probable que el Gaslighting se vea interrumpido. A partir de aquí, el manipulador empieza a cuestionar las capacidades mentales de su víctima. Puede provocar alguna crisis en la que la víctima llegue a sentir que realmente está perdiendo el norte y generar así que, su dependencia hacia el manipulador, se acuse más. Es un proceso lento, tenue, delicado. El manipulador tiene en su mano el control de la situación  y lo demuestra en todos los actos que realiza. Ningún detalle está libre de significado.

La película nos lleva a pensar en patrones de personalidad relacionados con la psicopatía, en las dinámicas que ocurren en casos de violencia de género así como en otros tipos de manipulación psicológica. Comportamientos que a veces se obvian, pero que ya son señales suficientemente relevantes de que algo no va bien. Nada bien. En absoluto.

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Tensión y suspense psicológico a lo largo de toda la película. El director nos acompaña en este viaje hacia el interior de un proceso de manipulación psicológica y sus rincones más oscuros. Fantástico desenlace en el que Ingrid Bergman desata el nudo del Gaslighting.